En una cala. Cocina con leña y brasa.

@tocalmar es uno de esos lugares privilegiados y siempre recurrentes. Una pequeña población costera, una cala que abarrota sus granos de arena en temporada para aprovechar el más mínimo centímetro de toalla y sus frías y cristalinas aguas. Y un balcón. Asomado al mar, sobre un sueño de barcas, salitre y más de 15 años con una de las cocinas más auténticas de la zona.

Bona gent, bon producte, bona brasa (Buena gente, buen producto, buena brasa) reza el mensaje que los propietarios defienden y abrazan como una forma de vida en el lugar…

Nosotros llegamos en barco. Las lanchas rápidas van y vienen cargadas con paellas que van humeantes mar adentro y vuelven vacías y con ese “socarrimat” tan característico en sus fondos.

La mesa permite observar de cerca el bullicioso pero ordenado caos del chiringuito por antonomasia y los cuerpos al sol en la cala. Y el festival incluye todo tipo de oferta: pescados, mariscos, frituras, algo de carne y variedad de arroces. Probamos las espardeñas, las ortiguillas fritas o el tartar de tomate y bonito (delicioso). Seguimos con pulpo, mejillones y almejas. Aquí no hay secreto. Brasa, fuego, ahumado y buena base de marisco y pescado. El arroz sale en una capa fina y sabrosa. En su punto. Grano cocido pero crujiente. Me quedo con ganas de probar su fideua (soy mucho más de fideua que de arroces, tengo que reconocerlo…).

El lugar toma un cariz mucho más romántico y peculiar por las noches, cuando sus aguas acompañan el sonido en ese rincón de esa bonita población y la playa se presenta desnuda y nada bulliciosa. El lugar es conocido por todos los visitantes y uno de esos “place to be” dónde cada vez hay más demanda. Pero la agilidad en el servicio es uno de sus fuertes, así como la amabilidad de su personal y la capacidad de entender que el qué está por encima del cómo. Aquí no busqueis figuras geometricas, disposiciones alineadas ni presentaciones detallistas. Esto es un chiringuito dónde se come muy bien y en bañador. Un privilegio de los que ya cada vez quedan menos…


Located in a beach cove. Wood- and charcoal-fired grills.

Toc al Mar (@tocalmar) is one of those prime spots you always want to go back to. A small coastal village. A cove whose every last inch of sand is crammed with towels in summer to enjoy its cool, crystal-clear waters. And a balcony. Overlooking the sea and a dreamscape of boats, saltpeter, and more than 15 years of one of the region’s most authentic kitchens.

“Bona gent, bon producte, bona brasa” (Good people, good product, good grilling) is the message that the owners advocate and embrace as a way of life in this place. We arrived by boat. Speedboats come and go loaded with paellas that glide steaming out to sea and return empty with that iconic “socarrimat” crust at the bottom.

The table gives you a close-up view of the bustling but orderly chaos of the quintessential beach bar and the bodies soaking up the sun in the cove. The feast includes a wide offering: fish, seafood, fried dishes, some meat, and a variety of rices. We tried the sea cucumbers, the fried anemones, and the tomato and bonito tartare (delicious). We continued with octopus, mussels, and clams. There’s no secret here: grill, fire, smoke, and a good base of fish and seafood. The rice comes in a thin and savory layer, perfectly done. The grains are cooked but crispy. I still want to try the fideuá (I’m a much bigger fan of noodles than rice, I must admit…).

The place takes on a much more romantic and peculiar character at night, when its waters provide the soundtrack for a corner of this cute town and the beach is bare and still. It’s a spot known by all visitors and one of those places to be that’s in ever-increasing demand. But agile service is one of its strong points, along with the friendliness of its staff and an understanding that the “what” is more important than the “how”. Don’t look for geometric shapes, precise arrangements, or detailed presentations here. This is a beach bar where you can have a great meal in a bathing suit. It’s a luxury that’s disappearing with the times…