3 excocineros del Bulli, tienen el “Compartir” en Cadaqués

DISFRUTAR. Una palabra que resume todo lo que sucede durante las 3 horas que dura el Gran Festival… Es original, divertido, sorprendente y muy actual. En mi cuarta visita a este restaurante destaco el ritmo ascendente que se le percibe desde que logró la preciada estrella, así como una explosión creciente de sabores, colores e ingredientes.

No faltan los clásicos como la remolacha que nace de la tierra o los macarrones carbonara, excelentes e imprescindibles, pero incorpora ahora un pequeño viaje por el mundo con toques asiáticos, mexicanos, marroquíes y peruanos que se alían de forma única y deliciosa con el producto más tradicional como el langostino, la espardenya o el pichón. Impresionante el «pan chino con caviar» y cierre perfecto las 20 texturas del pistacho.

Solo mejoraría la calidez de la sala. Desaprovecha la vista al exterior en un local a medio camino entre el toque industrial y el descuidado blanco roto de su panorámica. Necesita revisión de iluminación y ambientación.
Bravo por Mateu Casañas, Oriol Castro y Eduard Xatruch que logran convertir este restaurante ya en un imprescindible en la ciudad con sus creaciones divertidas y, sobretodo, deliciosas.


Three former El Bulli cooks, they also have Compartir Restaurant in Cadaqués

DISFRUTAR. A word that sums up everything that happened during the three hours that the Great Festival lasts. It is original, fun, surprising and very current. On my fourth visit to this restaurant, I take note of the increasing rhythm that can be felt ever since attaining the prized Michelin star, as well as a growing explosion of flavors, colors and ingredients. The classics are all present, including “The beet that comes out of the land,” the “macaroni carbonara”; excellent and obligatory, but now incorporating a small journey around the world with Asian, Mexican, Moroccan, and Peruvian touches, which ally themselves in a unique and delicious way with very traditional ingredients like shrimp, sea cucumbers and pigeon.

The “Chinese bun with caviar” is impressive, and the “20 textures of pistachio” is the perfect finish. I would only improve upon the warmth of the room. They don’t take advantage of the exterior views in this space whose decor is halfway between an industrial-style and the careless off-white of its panorama. The illumination needs revamping, as does the music. Bravo Mateu Casañas, Oriol Castro and Eduard Xatruch, for already having made this restaurant with its fun and, above all, delicious creations an obligatory visit in this city .