Los menús llevan nombres de novelas de Julio Verne.

Cómo apetece seguir descubriendo lugares y casas de comidas en Madrid dónde no renunciar a la tradición dejándote llevar por la creatividad y buenas manos de chefs que ya son referencia en nuestro país. Con estas ganas llegamos a @desencaja_bistro, uno de esos lugares que llevaban ya demasiado tiempo en nuestra lista de pendientes…

Con la opción de comer a la carta o menú degustación, optamos por “viajar” a través de uno de los recorridos que el chef propone (que van desde los 39 a los 82€ y que llevan nombre de novelas de Julio Verne, preludio de un ágape interesante…)

Una caja que se despliega casi mágicamente abre los aperitivos, con una crema de calabaza con espuma de brandada de bacalao que pone ya en aviso: estamos en el lugar perfecto para aunar producto, cocción y buena técnica.

@ivansaez_chef nos deleita con la puesta en escena del steak tartar en un solo bocado y nos convence con su versión de la sopa castellana con torreznos y huevo de corral, las lentejas estofadas con manitas de cerdo (¿puede ser otro plato, por favor?) y las alubias del Maresme con verduras (¿sería capaz de un tercer plato de legumbres?…¡por supuesto!).

Guisos tradicionales, platos que apetecen y conquistan con la interpretación que el chef imprime. El protagonismo del pescado es para la lubina asada con berros, crujiente y perfecta y la carne llega en forma de lomo de jabalí asado con la simpleza de una crema de patata y escabeche.

Aquí se viene a comer bien, a disfrutar de cada producto tratado en su totalidad, con la complejidad de no aburrir en un plato tradicional de legumbres o verduras.

Me quedo con las ganas de probar las croquetas, incluídas en varias listas como de las mejores de Madrid y me refresco con el postre, una crema de limón con hierbas, frutas y helado de romero que cierran una comida llena de matices y sabores.

Para ser sincera, echo de menos un local más luminoso, con más vitalidad ambiental y a la altura de la comida. Pero no resta para mis próximas visitas. Cuando el cuerpo me pida un buen plato de cuchara, dejarme llevar por un producto salvaje “amaestrado” en manos de Ivan o una buena ración de comida “casera”, sin duda, Desencaja será mi elección.


The tasting menus are named after Julius Verne novels.

What a pleasure to continue discovering spots and restaurants in Madrid that stay true to tradition, and to continue getting carried away by the creativity and skill of chefs who are now name brands in our country. That was the enthusiasm that brought us to Desencaja (@desencaja_bistro), an eatery that had spent far too long on our to-do list.

You can order à la carte or go for the tasting menu. We opted to embark on one of the chef’s “journeys” (which range in price from €39 to €82 and are named after Julius Verne novels, a prologue to an interesting feast…).

A box unfolds almost magically to reveal the appetizers, and a pumpkin cream soup with cod brandade foam puts you on notice: we are in the perfect place to combine product, cooking and expert technique.

Ivan Saez (@ivansaez_chef) delights us with the staging of the steak tartare in a single bite, and he impresses us with his version of garlic soup with fried pork rind and free-range egg, the lentil stew with pig’s trotters (seconds, please?) and the Maresme beans with vegetables (could I eat a third plate of legumes? of course!).

The traditional stews tempt and conquer thanks to the chef’s personal stamp of interpretation. The fish course is roasted sea bass with watercress, crunchy and perfect, and the meat course is wild boar loin with a simple potato and escabeche puree.

You come here to eat well, and to enjoy the careful and thorough treatment of every product with the complexity that ensures traditional legume and vegetable dishes stay interesting.

We didn’t get the chance to try the croquettes, which appear on several lists of the best in Madrid, and we appreciated the refreshing dessert of a lemon cream with herbs, fruit and rosemary ice cream that closes a meal brimming with nuance and flavor.

To be honest, I prefer a brighter restaurant with a more vibrant atmosphere worthy of such great food. But that won’t deter future visits. When my body is craving a good hearty stew, the feeling of being swept away by a wild product tamed by Ivan, or a nice plate of “homecooked” food, there’s no doubt that Desencaja will be my choice.