En el piso inferior de Oba, en el mismo bloque dónde también está el Hotel Familiar.

Creo recordar que hace unas semanas utilicé todos los adjetivos de admiración, respeto y absoluta devoción por el que se ha convertido, sin duda, en mi último descubrimiento y referente gastronómico, la pareja formada por @javisanz_canitas y #JuanSahuquillo.

Hoy os cuento la aventura que supuso, en un mismo fin de semana, conocerlos, ver de cerca su mundo y lo que han creado y comer, además de en @oba.res, en el lugar que les ha dado el nombre con el que casi todo el mundo los conoce, los @canitasmaite_res.

Sigue la aventura en este lugar, de almuerzos y cenas más informales pero con todo un universo detrás. Sigue la locura, la apuesta por lo cercano, lo local y lo familiar pero en aras de una visión mucho más internacional y 360.

Arranca la historia conocida en 2021 dónde se les puso en el mapa, logrando ser cocineros revelación en @madridfusion. Están ahora en un momento único, de consolidación pero, sobre todo, de nuevas búsquedas y vías de desarrollo. De no parar de absorber, ver, entender y plasmar. Y de seguir siendo los de siempre con lo nunca visto. Mágico, ¿no?

Comer en Cañitas Maite es divertirte, degustar, conversar, compartir… Una filosofía de vida plasmada en platillos que conforman un ADN propio.
Arrancamos con el homenaje a la matanza en sabor y vista, con una galleta de maíz frita y picante rellena de ajo mataero (a semejanza de un paté propio de la zona). Le sigue el ninoyaki de queso manchego y trufa negra, la pizzeta choux con tomate seco y stracciatella, el magnífico ceviche cítrico con lomo de lubina, el falso niguiri de carabinero con merengue seco relleno de crema de socarrat de marisco (¡amor!) o la famosísima croqueta de jamón ibérico con leche fresca de oveja y palomitas de su tocinillo que les otorgó el primer premio en el concurso a mejor croqueta del 2021. Son platillos originales, nacidos de un shot de locura tremendamente ingeniosa y muchas horas de trabajo detrás. El servicio es ágil, correcto, muy profesional…y tremendamente joven. Ninguno del clan Cañitas supera los 30.

Avanzamos con el cogollo de ensalada césar, el taco doblado de atún rojo y rematamos con un magnífico, sabroso y al punto arroz con muslitos de pato azulón y trufa negra con trompetas de la muerte. Excelente.

Los postres siguen en esa línea de diversión muy pensada. La barra de Cañickers que tantos recuerdos traerá a base de chocolates, tofee de caramelo salado y kikos, el flan de nata de oveja, o el primer beso de vainilla de madagascar, pimienta rosa y chicle de fresa. Y, mi favorito, el babá, mi admirado y deliciado babá que se convierte en uno de mis top3 de este año…¡qué maravilla!

Tal y como hice hace unas semanas, repito. NO OS LO PERDÁIS. Pasar un fin de semana en este magnífico lugar os aseguro que os convencerá y volveréis mejores…¡seguro!


On the lower floor of Oba, in the same block where the Hotel Familiar is also located.

I seem to recall that a few weeks ago I used all the adjectives of admiration, respect, and absolute devotion for what has undoubtedly become my latest discovery and culinary benchmark: the duo of Javi Sanz (@javisanz_canitas) and #JuanSahuquillo.

Today I’ll tell you about our weekend adventure of getting to know them and seeing their world and what they’ve created from up close, all in a single weekend, and dining not only at Oba (@oba.res) but at the place they’ve given the name that nearly everyone knows them by: Cañitas Maite (@canitasmaite_res).

The adventure continues here, serving lunches and dinners that are a bit more informal but with an entire universe behind them. The madness and the commitment to what is nearby, local, and familiar continue, but in pursuit of a much more international and 360° vision.

The well-known story starts in 2021 when they were named Revelation Chefs at Madrid Fusion (@madridfusion), which was what first put them on the map. They are now in a singular moment, of consolidation but especially of new quests and development paths. Endlessly absorbing, watching, understanding, and expressing, they remain true to their essence amid the never-before-seen. Magic, no?

To eat at Cañitas Maite is to have fun, try things, converse, and share. It’s a life philosophy expressed in small plates with their own DNA.

We started with the tribute to the pig slaughter in taste and sight, with a spicy fried corn biscuit filled with “ajo mataero” (a local specialty similar to pâté). Next came the ningo yaki with Manchego cheese and black truffle, the choux pizzetta with sun-dried tomato and stracciatella cheese, the wonderful citric sea bass ceviche, the Scarlet shrimp false nigiri with dried meringue filled with seafood socarrat cream (love!), and the super famous Ibérico ham croquette with fresh sheep’s milk and puffed bacon, which won them the top prize at the World’s Best Croquette Awards in 2021. These are original small plates born out of a shot of tremendously ingenious madness and many hours of work. The service is agile, correct, highly professional, and very young. Nobody in the Cañitas clan is over 30.

We continued with the Caesar salad heart and the folded bluefin tuna taco, and we finished with a magnificent, delicious, and perfectly cooked rice with wild duck drumsticks, black truffle, and black chanterelles. Excellent.

The desserts continue in the same vein of carefully determined fun. There’s the Cañickers bar — sure to kick up memories — made from chocolate, salted caramel toffee, and corn nuts; the sheep’s cream flan; and the first kiss of Madagascar vanilla, pink peppercorn, and strawberry chewing gum. And, my favorite, the baba — my beloved and delicate baba cake that has become one of my top 3 for this year. It’s fantastic.

I’ll repeat what I said a few weeks ago: DON’T MISS IT. Spending a weekend in this wonderful place will leave you impressed and refreshed. I’m sure of it!