Ubicado en la antigua estación de tren de Palma y concebido durante el confinamiento.

Andana es el puro reflejo del alma de su chef y propietaria, Maca de Castro. Un lugar dónde un picoteo informal, una cena entre amigos o una celebración se adereza con el puro sabor de las verduras y preparaciones llegadas directamente desde el huerto personal de la propia Maca y su esencia se refleja en la constante búsqueda de cómo lograr que sea una experiencia distinta.

Concebido durante el confinamiento, el restaurante se ubica en un local de la antigua estación de Palma de Mallorca y la sensación del comensal se asemeja a la de los antiguos viajeros, expectantes por iniciar la aventura, ávidos de kilómetros y vistas.

La idea es compartir platos. Todos tienen más sentido en el centro, para propiciar la conversación, la informalidad del encuentro o la degustación más amplia. Nosotros comenzamos (gracias a la propia selección de Maca) con las Croquetas del Jardín, de ternera guisada, ave y especias. Crujientes, nada grasientas y melosas en su interior. Las bravas, con un ligero alioli y cortí (pimentón), buenísimas.

El steak tartar se presenta picante y amalgamado, muy bueno. Y sorprendente la coca de espinacas y acelgas con tomates y sardinas ahumadas…¡qué rica!

Para mí los platos fuertes del variado picoteo llegan con las verduras, sin duda el gran potencial de la oferta gastronómica. La coliflor asada con salsa de chiles y cardamomo es única, diferente, vibrante…. Las verduras salteadas con huevo son el plato más completo. Crujientes, de gran sabor, aderezadas en su punto justo y deliciosas…

Completamos el ágape con el pulpo y el canelón de carrillera guisada al vino tinto. Un remate perfecto. Más aún cuando nos animan a probar el flan y la esponjosa tarta de queso…¡ojo a los golosos porque se convertirá en imprescindible!

El buen hacer de la chef, valedora de una Estrella Michelín y 3 Soles Repsol en su Jardín Bistró, a punto de reabrir sus puertas, está asegurado. Su equipo, consolidado y cercano al comensal, traslada el buen hacer en fogones a un servicio transparente y amable. Un baile en sala que acompaña a un lugar que, sin duda, rezuma calidad, buen hacer y magnífico producto a unos precios más que asequibles.


Located in the old train station in Palma and conceived during lockdown.

Andana Palma is a true reflection of the soul of its chef and owner Maca de Castro. It’s a place where a casual bite to eat, a dinner with friends, or a celebration gets dressed in the purest flavor of the vegetables and preparations that come straight from Maca’s own garden, and her essence shines through in the constant pursuit of making it a unique experience.

Conceived during lockdown, the restaurant is located in the old Palma de Mallorca train station. The feeling diners get is similar to that of the travelers of yore: waiting for the adventure to begin, hungry for kilometers and views.

The idea is to share plates. All of them make more sense in the middle of the table, to encourage conversation, the informality of the occasion, or a broader sampling. We started (thanks to Maca’s recommendations) with the garden croquettes, made from stewed beef, poultry and spices. They were crunchy, not greasy at all, and silky on the inside. The “patatas bravas” served with a light aioli and “cortí” (paprika) are fantastic. The steak tartare is spicy and well-integrated, very good. And the “coca” of spinach and chard with tomatoes and smoked sardines is delicious!

To me, the standouts are the vegetables, which show off the menu’s great potential. The roasted cauliflower with chili and cardamon sauce is unique, different and vibrant. The sauteed vegetables with egg are the most complete dish: crunchy, extremely flavorful, dressed to perfection and delicious.

We rounded out the meal with the octopus and the cannelloni of beef cheek stewed in red wine, a perfect finish. Even more so when they convince you to try the flan and the spongy cheesecake: warning to those with a sweet tooth, these aren’t to be missed!

The expertise of the chef, who earned one Michelin Star and three Repsol Suns at Jardín Bistró, which will be reopening soon, is guaranteed. Her gracious team of veterans translate cooking skill into transparent and friendly service. The dance of the dining room complements a place that unquestionably brings together quality, proficiency and excellent products at prices that are more than affordable.