Los famosísimos niguiris de arroz a la cubana, socarrat o ensalada madrileña.
No hay duda UMIKO es ya un referente y uno de los mejores japos de Madrid. Abierto ya hace 7 años la pareja de chefs Juan Alcaide Galvez y Pablo Alvaro han consolidado en el Barrio de las Letras una propuesta de japo-fusión que mantiene platos icónicos de sus inicios, que la propia clientela obliga a mantener y sorprende a diario con las propuestas fuera de carta.
La bolognesa de atún con pasta somen es uno de esos perennes en carta. ¡Por suerte! La sutileza de los fideos y la frescura del atún sucumben en un plato incombustible. Como el usuzukuri skeletor, el pescado completo servido en mesa con su sashimi en el centro, una delicia. Nos recomiendan los berberechos abiertos al sake antes de empezar el festival de niguiris. Me chiflan los lugares dónde la sucesión de niguiris puede hacerse entera, casi sin fin…. En Umiko tratan el producto de manera excepcional, lo ensalzan con las salsas justas y adecuadas e innovan con divertidas propuestas como el famosísimo niguiri de arroz a la cubana o el de socarrat (¡una delicia!).
Recomiendo dejarse aconsejar y que incluso ellos te propongan el menú…aciertan en las cantidades y proporciones.
Ojo a los postres. Con unas versiones muy logradas del Phoskitos, que ahora denominan Phosmikos y la Pantera Rosa, uno de los dulces favoritos de mi infancia, que puedo de nuevo degustar en este restaurante. Una apuesta segura y sin opción a fallo. Sólo un consejo…Faltan sonrisas… Demasiado seria la recepción, el servicio y la cocina a la vista… Aún con mascarillas se vislumbra si alguien sonríe bajo la capa protectora bucal….Todo es mejor con una sonrisa.
The legendary nigiris with Cubano-style rice, socarrat burnt rice and Madrid salad.
There’s no doubt about it, Umikohas become a standard and one of the best Japanese restaurants in Madrid. For seven years now, the chef duo Juan Alcaide Galvez and Pablo Alvaro have been serving Japanese fusion in the Barrio de las Letras district, continuing to offer their iconic classics—by customer demand—as well as new off-menu surprises each day.
The tuna Bolognese with Somen noodles is one of those long-time favorites. Lucky us! The subtlety of the noodles and the freshness of the tuna come together to make a killer dish. The same goes for the usuzukuri skeletor, a whole fish served at the table with its sashimi in the middle, delicious. We were advised to try the cockles opened in sake before setting off on the festival of nigiris. I love places where the succession of nigiris is a full package, almost endless. At Umiko they treat products with exceptional care, seasoning them with just the right amount of sauces and innovating with versions like the nigiris with Cuban-style rice and socarrat burnt rice (a delicacy!).
I suggest seeking guidance and even letting them choose your menu, as they know the right quantities and proportions.
Don’t miss the desserts. They have incredible versions of Phoskitos, which are now called Phosmikos, and the Pink Panther, one of my favorite sweets from childhood that I now get to enjoy again in this restaurant. It’s a foolproof and dependable choice. Just one piece of advice: a few smiles wouldn’t hurt. Everyone was far too serious, from the reception to the service to the open kitchen. Even with masks on you can tell if someone is smiling, and isn’t everything better with a smile?