Me gustan las propuestas arriesgadas, diferentes, divertidas, originales aunque, evidentemente, supongan riesgos… Es el caso de The Alchemix, en Barcelona. Tiene tantas definiciones como visitas se hagan. Un cocktail bar con degustación gastronómica, un gastrobar con coctelería, un afterwork con pequeños bocados, un taller experimental de bebidas y “alegrabocas” (como ellos llaman a las pequeñas raciones individuales que proponen en su carta). En todo caso, es algo importantísimo para mí en el panorama gastronómico nacional: DIFERENTE.
Cócteles innovadores y platos del mundo
Sergi Palacín e Ignacio Ussia se encontraron en Gaggan, el mejor restaurante asiático por cuarta vez según la lista Asia’s 50 Best. En los fogones del restaurante, en Bangkok, acordaron iniciar juntos este proyecto y llevan ya cerca de 6 meses en la Ciudad Condal. Ambos aúnan experiencia en restaurantes de todo tipo pero su amor por lo oriental y exótico hace que centren su propuesta en originales bocados comidos y bebidos locales con claros acentos exóticos.
Es el caso del mochi de cap i pota, para comerse a docenas, las gyozas de sepia y albóndigas, el temaki de foie o el coulant de butifarra, pequeños bocados y platillos perfectos para un afterwork entre amigos, un capricho tras un espectáculo nocturno o una degustación a media tarde….Palacín cocina bien, muy bien y sabe preparar los pequeños bocados con la excelencia de los mejores orientales pero conociendo el público al que se destina…¡Bravo!. Los cócteles son otro de los puntos fuertes de la propuesta. A parte de lo vistoso de beberse a la sra Potts y el dulce Chip de “La Bella y la Bestia” (un cóctel que sirven humeante y vivo) vale la pena sumergirse en la explosión en boca de propuestas como el White Truffle Pisco Sour (de los mejores que he tomado nunca) o el Nham Tom Yam, un descubrimiento que repetiré en cuanto volvamos al lugar, que seguro que será muy pronto.
Otro Bravo por la apuesta, por la decisión y por el servicio. La sala es tranquila, apropiada para una zona de cócteles y otra de degustación y presidida por un maravilloso jardín nipón y quizás lo único a reseñar sería la petición de que alargaran los horarios… podría convertirse en una muy buena propuesta para almuerzo, (¿por qué no?) o alargar la noche hasta la madrugada…¡¡No lo dudeis!!
I like it when restaurants are daring, different, fun, and original, although obviously there are certain risks involved. This is the case with The Alchemix (@the_alchemix) in Barcelona. It has been bestowed with as many descriptions as diners it receives: a cocktail bar with food tasting, a gastrobar with cocktails, an after-work spot serving snacks, an experimental studio with drinks and “alegrabocas” (what they call the small individual portions on their menu). In any case, it is something that is extremely important to me in terms of the Spanish food scene: DIFFERENT.
Sergi Palacín (@sergipalacin_) and Ignacio Ussia (@ignacio_ussia) met at Gaggan, the four-time winner of best Asian restaurant according to the Asia’s 50 Best list. They decided to launch this project while cooking together at the Bangkok restaurant, and they have now been in the Catalan capital for nearly six months. They both bring experience from a wide range of restaurants, but it’s their love of the Oriental and the exotic that drives their menu towards original bites and local drinks with clear hints of the exotic.
Innovative cocktails and international cuisine.
This is true of the cap i pota mochis, better by the dozen, the cuttlefish and meatball gyoza, the foie temaki, and the Catalan sausage coolant: tiny bites and perfect small plates for an after-work drink with friends, a treat after an evening show or an afternoon tasting. Palacín cooks very, very well, and replicates the excellence of the best Asian chefs without losing sight of his audience. Bravo! The cocktails are another strong point on the menu. Apart from the delight of drinking from Mrs. Potts and sweet Chip from “Beauty in the Beast” (a cocktail served steaming and alive), it’s worth diving into some of the flavour explosions of the White Truffle Pisco Sour (among the best I’ve ever had) or the Nham Tom Yam, a discovery I’ll order again next time I’m back, which is sure to be very soon.
Another Bravo for the adventurousness, the determination and the service. The space is calm, suitable for what is both a cocktail area and a dining area, decorated with an image of a beautiful Japanese garden. The only nit-pick might be for longer opening hours; it could become a great lunch spot (why not?); or even stay open until dawn. Go for it!!