1 estrella Michelin y 2 Soles Repsol
Koldo, María y Verónica son el alma mater de este restaurante, imprescindible en cualquier visita a Pamplona. En nuestra última ocasión, además, tuvimos la oportunidad de coincidir en cartelera de la ciudad con el maravilloso Joan Manel Serrat que, como no podía ser de otra forma, escogió el mismo día y hora que nosotros para degustar el menú de Rodero. Así que fue un placer por partida doble…
Koldo te recibe en casa, en su casa, y todo el servicio te hace sentir que así es como debe ser, hasta el final del ágape. Es una cocina tradicional, de temporalidad, de producto, dedicación y con un cuidado esmero en la presentación y parte creativa de su elaboración.
La recepción, con un gelée de vermut rojo con su aceituna, te ubica ya en un menú que discurre ligero y con un maravilloso recorrido por la gastronomía Navarra. El buñuelo de queso azul es una delicia y el cremoso de yogur y anguila ahumada con tomate verde y miel de roble una explosión de frescura, originalidad y sabor en un plato fantástico.
Sigue el frío-caliente de foie con parmentier de borraja y borraja encurtida. Otro plato que sorprende y gusta a partes iguales, mi favorito del menú, sin duda. Una deliciosa combinación de temperatura con un foie divino como protagonista.
Cierra el rodaballo salvaje con pil-pil cítrico y aire de algas, un plato redondo y perfecto.
En Rodero se come bien, muy bien y su servicio sigue manteniendo ese aire clásico, maravilloso, digno de una época que ojalá nunca pase en los grandes restaurantes de toda España. Resu, la matriarca de la familia, aún pasea por las mesas guapísima, con su traje chaqueta, su perfecto peinado y su labio carmín, contando anécdotas maravillosas de visitas ilustres al lugar y agradeciendo la visita. Historia viva de tantas memorias sobre una mesa…
Un lugar al que siempre vuelves, que siempre recomiendas, que no puede faltar en las recomendaciones que mi señor marido Carlos Latre y yo volcamos en esos whattsapp furtivos que amigos nos piden siempre antes de viajar a alguna localidad española. Es un acierto seguro. Serrat también dio fe de ello…
Closing for good at the end of 2022.
Koldo, María, and Verónica are the soul of this restaurant, essential on any trip to Pamplona. And, on our latest visit, we had the opportunity to cross paths in the city with the wonderful Joan Manel Serrat who, naturally, chose the same day and time as we did to try the tasting menu at Rodero. So it was double the pleasure.
Koldo welcomes you to the restaurant—his restaurant—and throughout the service makes you feel that this is how it must be, until the end of the feast. It’s traditional cuisine, seasonal, product-based, born of dedication, and with the utmost care taken in the presentation and the creative part of the preparation.
The welcome with a red vermouth gelée and olive immediately situates you in a menu that flows lightly through a marvelous tour of Navarra’s gastronomy. The blue cheese fritter is a delicacy and the creamy yogurt with smoked eel, green tomato, and oak honey is an explosion of freshness, originality, and flavor in a fantastic dish.
It is followed by the hot-cold of foie with a borage Parmentier and pickled borage. It’s yet another dish that surprises and delights in equal parts and is unquestionably my favorite of the menu—a delicious combination of temperatures with a divine foie as the hero. The menu finishes with the wild turbot with citric pil-pil sauce and seaweed air, a well-rounded and perfect dish.
At Rodero, you eat well, very well, and the service still maintains that marvelous classic feel, worthy of a time that hopefully will never pass in the great restaurants all around Spain. Resu, the family matriarch, still walks the floor looking gorgeous in her suit, with hair perfectly done and a crimson lip, telling wonderful stories of illustrious customers who have eaten there and thanking you for your visit. She’s living history of so many memories around a table.
It’s a place that you always go back to, that you always recommend, that is never missing from the sneaky WhatsApps full of recommendations that my dear husband Carlos Latre and I send to friends ahead of their trips around Spain. It’s a sure bet. Serrat thought so too…