Supone la vuelta de Rafa Zafra a Sevilla, dónde empezó.
Cada vez me gusta más. Su concepto, su visión de negocio, sus cartas, sus modelos de cocina, su amplia experiencia gastro. @ninoredruello es un joven talento del mundo gastronómico. Aúna lo mejor de un buen cocinero con la visión del mundo empresarial más joven y dinámica. Emprendedor y con visión de futuro. Su alianza con@jaimesantianes, un magnífico director de sala y perfecto ejecutor y la colaboración de @patxizumarraga a los fogones han convertido el clásico y aburrido filete empanado en todo un negocio. Demostraron su valía y riesgo en los magníficos Fismuler y confirmaron que valen (y mucho) para esto con los escalopes Armando que todos hemos pedido alguna vez en nuestros domicilios. Una línea de negocio nueva, única y tremendamente joven y fresca.
Sus restaurantes demuestran exactamente eso. Su valía y apuesta por conceptos transgresores que permitan comer bien en sitios muy bien “armados” y con una puesta en escena actual y apetecible. Barcelona necesitaba un hermano para Fismuler. Este @molinodepez lo ha conseguido. El local es una maravilla, sus diferentes ambientes un acierto y su comida la idónea para una reunión informal un sabado noche, una visita para picar algo tras el teatro un domingo (como fue nuestro caso) o una comida de negocios un mediodía cualquiera.
Molino de Pez sigue un poco la estela (permitidme el comentario) del mítico Paco Meralgo. Ese lugar dónde de una sentada puedes comerte una ostra, una tortilla de patata, un buen pescado a la brasa o un plato de cuchara. Y sabes que todos se pueden compartir y que todo va a estar bueno….Pues lo mismo. Este nuevo Molino gira alrededor de una carta amplia dónde los platos están sujetos a la temporalidad del producto y por eso son cambiantes y alternantes. Además de esos entrantes nosotros probamos (¡cómo no!) uno de sus famosos escalopes, un par de carnes a la brasa y las tortillas. Todo hay que decirlo, la que combinaba patata con almejas y salsa no me convenció, en absoluto. Un plato de difícil concepción y que no aporta nada a la fantástica tortilla de patata sin más que probamos.
Los postres (perenne la famosísima tarta de queso que Fismuler popularizó) están a la altura del lugar y de la cocina, una versión a la catalana del espíritu de La Ancha, un grupo y un concepto que tantos años hace que funciona en Madrid y que tanto necesita Barcelona….¡Ah! Y abierto todos los días de la semana en horario de comidas y cenas….No creáis que es tan fácil en Barcelona encontrar un lugar dónde tomar un cóctel y comer algo un domingo por la noche o picar algo informal con un vino un lunes…
This is Rafa Zafra’s return to Seville, where he got his start.
I like it more and more. Its concept, its business acumen, its menus, its cooking, its vast gastro experience. Nino Redruello (@ninoredruello) is a young talent in the culinary world. He brings together the best of a good cook with a more youthful and dynamic vision of the business world. He’s a forward-looking entrepreneur. His partnership with Jaime Santianes (@jaimesantianes)—a wonderful head waiter and perfect executor—with the collaboration of Patxi Zumárraga (@patxizumarraga) in the kitchen, have converted the classic boring breaded fillet into an entire business. They proved their mettle and boldness at the magnificent Fismuler restaurants and confirmed they’re up to the task (and then some) with the Armando schnitzel that we’ve all ordered for home delivery at one time or another. It’s a new, unique, and tremendously young and fresh line of business.
Their restaurants make that evident with groundbreaking concepts where you can get a good meal in a well-provisioned place with a very modern and attractive mise-en-scène. Barcelona needed a brother for Fismuler and Molino de Pez (@molinodepez) has done it. The restaurant is a marvel, its different atmospheres are just right, and the food is perfect for an informal meeting on a Saturday night, a snack after the theater on Sunday (as was our case), or a business lunch any day of the week.
Molino de Pez follows somewhat in the footsteps (in my humble opinion) of the iconic Paco Meralgo, where you can have an oyster, a potato omelet, a good grilled fish, or a hearty stew all in one sitting. And where you know that everything’s for sharing and everything’s going to be good. Well, this is the same. This new version of Molino centers around an extensive menu where the dishes are subject to the seasonality of the products, meaning they change and alternate. In addition to the starters, we tried (of course!) one of the famous schnitzels, a couple of grilled meats, and the omelets. It must be said that the one with potatoes, clams, and sauce wasn’t my favorite, by any means. The dish is confusing and adds nothing to the fantastic plain version we tried.
The desserts (including the highly famous cheesecake popularized at Fismuler) live up to the expectations of the place and the cooking. It’s a Catalan version of the spirit of La Ancha, a group and concept that’s been working in Madrid for so many years and was so necessary for Barcelona. Plus, it’s open every day of the week for lunches and dinners. It’s not as easy as you might think to find a place in Barcelona where you can have a cocktail and get a bite to eat on a Sunday night or snack on something more informal with a glass of wine on a Monday.