1 Sol Repsol.
¡Qué grata sorpresa! Tarragona, una ciudad que visitamos habitualmente no es, precisamente, un lugar dónde pasen demasiadas cosas (gastronómicamente hablando) y para lamento de muchos… Entre ellos nosotros.
Pese a llevar 6 años abiertos llegó el momento para nosotros de sentarnos en una de las confortables y cómodas mesas de @elterrat_restaurant. Un lugar dónde Moha Quach desarrolla todo su potencial como chef y transmisor gastronómico de parte de los productos que marcaron el pasado romano de la ciudad.
Un legado que el chef ofrece en forma de dos menús. Uno más de diario, más económico y con opción a dar de comer más entre semana y otro de autor. En el que Moha refleja todo lo aprendido en la escuela de Gastronomía y la variación creativa a producto de temporada y platos típicos.
Su origen marroquí hace que, además, parte del menú esté “salpicado” de toques árabes, puntos picantes y ese especial sabor que las especias otorgan a los platos.
La vajilla es una joya ya en sí. Ambienta y sitúa. Ayuda a la comprensión de un menú basado en la antigua cocina romana…. El garum, el comino, el raz el hanout…ingredientes mágicos propios de una identidad recuperada en la mesa.
Arrancamos el menú con los snacks como el merengue crujiente de calamar con emulsión de garum, la oliva, la tartaleta de miel de dátiles con ternera marinada o el consomé moruno. Deliciosos bocados que ya preparan para el recorrido más intenso del menú.
La ostra, el mar y montaña con cocochas de merluza y el magnífico romesco de gamba roja de Tarragona. Un plato especialmente destacado por la intensidad de su textura y sabor. El pescado a baja temperatura y el tajín de pichón con coliflor al horno y espuma de cous-cous se convierten en dos fantásticos platos a manos del chef, que incorpora nuevamente creatividad y aires marroquíes a sus puntos finales.
Muy buen toque final con el prepostre floral y oloroso y el postre a base de versión de chocolate regada con Chartreusse, un licor originariamente elaborado en comarcas tarraconenses.
A destacar el muy buen servicio en sala, diligente y ordenado. El ambiente cálido y cómodo del espacio y la posibilidad de disfrutar de la antigua Tarraco servida en mesa. Un imperdible en la ciudad, que va directo a mi Top5 de Tarragona, sin duda.
1 Repsol Sun.
What a lovely surprise! Tarragona, a city we visit often, doesn’t exactly have too much going on gastronomically speaking, to the regret of many — us included.
Although it has been open for six years, the time came for us to finally sit down at one of the comfortable and cushy tables at El Terrat (@elterrat_restaurant). Here, Moha Quach reaches his full potential as a chef and a culinary transmitter of some of the products that marked the city’s Roman past.
It’s a legacy offered in the form of two tasting menus. One is more basic and economical for weekday meals and the other is a signature option in which Moha reveals everything learned in cooking school and his creative variations on seasonal products and traditional recipes.
His Moroccan origin means part of the menu is also “sprinkled” with Arabic touches, notes of heat, and that special flavor spices bring to dishes.
The tableware is a jewel in itself, setting a vibe, situating you, and helping you to understand a menu based on ancient Roman cuisine. Garum, cumin, ras al hanout… these magical ingredients are inherent to the identity reflected at the table.
The menu commences with the opening snacks of the crispy squid meringue with garum emulsion, the olive, the crunchy date honey tartlet with marinated veal, and the Moorish consommé. Those delicious bites prepare you for the more intense portion of the menu — the oyster, the surf ‘n’ turf with hake cheeks, and the wonderful Romesco of red prawns from Tarragona, with its standout texture and flavor. The sous-vide fish and the squab tajine with oven-roasted cauliflower and couscous foam are two fantastic dishes in which the chef once again incorporates creativity and Moroccan nuance into his final touches.
The floral and aromatic pre-dessert is very good, as is the dessert of bread and chocolate with Chartreuse — a liqueur originally made in the Tarragona region.
I’d highlight the diligent and orderly service in the dining room, the warm and comfortable atmosphere of the space, and the possibility of enjoying ancient Tarraco at the table. It’s a must in the city that’s going directly into my Tarragona Top 5, there’s no doubt about it.