En el rooftop del antiguo edificio de Correos, ahora Palacio de Cibeles.
Ubicado a 70 metros del suelo en la Azotea del Palacio de Cibeles este nuevo restaurante del @azoteagrupo llega para llamar fuerte a las puertas de los amantes de la gastronomía. Avalado por la dirección ejecutiva de @chefmanubt y con el impecable sello de calidad y buen hacer del chef @jesusalmagromorales consigue algo complicado en este tipo de locales: situar el nivel gastronómico por encima de la ubicación, las características del lugar o las vistas…
El grupo empresarial Grupo Azotea, liderado por una prestigiosa periodista a la que seguía cada tarde en su faceta como magnífica presentadora @crislasvignes y su pareja Jose Manuel García, se consolidan como líderes en gestión de espacios, rooftops y terrazas en el cielo de Madrid y varios puntos más de España. En su valía lugares tan preciados como la Azotea del Circulo @azoteadelcirculo, el Nubel, Picalagartos @picalagartosmad.
@cornamusacibeles es la última de sus aperturas. Un lugar al que llegamos con apenas referencias y que escogemos por su propuesta gastronómica y maravillosa ubicación. Pese a una cierta frialdad en la llegada de los comensales y la ubicación en mesa el servicio calienta motores y la diligencia en los pases aumenta con la positiva sorpresa de los platos que van llegando…
Llegan, como aperitivos, una croqueta de jamón, una oreja con salsa brava (hay que decir que es la auténtica, la madrileña, la que pica de verdad…) y la lamina de vaca vieja con vinagreta de trufa. Deliciosa apertura que ubica al comensal en la experiencia de descubrir la gastronomía de la capital desde la nueva visión de chefs que reversionan sus clásicos.
Nos recomiendan probar las pencas de acelga a la importancia, deliciosas y rematadas con gamba blanca. Nos lanzamos a probar las alcachofas confitadas con jugo de ibérico (sobra la anchoa y alguna capa exterior de más en su preparación) y unas perfectas cocohas de merluza en salsa verde y patata cremosa, buenísimas.
Muy recomendable el arroz ahumado con queso Cabezuela, tendones de ternera y remolacha asada, un plato que sorprende en cremosidad y sabor y que aúna la perfecta y delicada combinación del ahumado y el dulce del vegetal. Sigue el homenaje a Madrid y su tradición culinaria con postres como la miel con lácteo y nueces, coronado con una flor manchega (postre frito típico de Semana Santa) o el helado de violeta con brownie de chocolate blanco y manzana verde. Madrid en un plato…
Algún pequeño “pero”….El bloody mary (tan perfecto para el inicio de un ágape de domingo) no cumple demasiado servido en vaso de tubo cilíndrico y con una desproporción complicada entre el vodka y el zumo de tomate….sin gracia.
Bravo, todo hay que decirlo, por el atento servicio en sala y el magnífico sumiller, pendiente de nuestras necesidades y evolución del ágape en mesa para cubrir con caldos cada paso.
Otros detalles de la experiencia son el alambre decorativo en cada mesa que, para quien aprecie todos los detalles, se modela en la letra de quien hace la reserva, el atuendo de los auxiliares en sala, a imagen y semejanza de los antiguos trabajadores de la Casa de Correos que albergaba el edificio y la cuenta final, servida en bandeja, papel, texto manuscrito a máquina (¡qué delicia escuchar el acompasado sonido de sus teclas en una máquina de escribir real durante el servicio!) y abrecartas. Un precioso detalle de salida que acompaña a la sensación de haber tenido una buena experiencia gastronómica que se puede culminar con el café desde una de las terrazas con mejores vistas de Madrid.
On the rooftop of the old Post Office building, now the Palacio de Cibeles.
Located 70 meters off the ground on the rooftop terrace of Palacio de Cibeles, this new Grupo Azotea (@azoteagrupo) restaurant is here to knock loudly on the doors of gastronomy lovers. With Executive Chef Manuel Berganza (@chefmanubt) and the impeccable quality seal and expertise of Chef Jesús Almagro Morales (@jesusalmagromorales), it achieves something that’s no easy feat for this type of place: raising the level of the food above the location, the characteristics of the spot, and the views.
The Grupo Azotea business group — led by the prestigious journalist Cristina Lasvignes (@crislasvignes), who I used to watch every afternoon when she was a wonderful television presenter, and her partner Jose Manuel García — have solidified themselves as leaders in managing spaces, rooftops, and terraces in the skylines of Madrid and several other points around Spain. These include such beloved spots as Azotea del Circulo (@azoteadelcirculo), NuBel, and Picalagartos Sky-Bar (@picalagartosmad).
Cornamusa (@cornamusacibeles) is their latest venture. It’s a place we didn’t know too much about and that we chose for its cuisine and fantastic location. Despite some coldness in the reception and seating of diners and the table location, the waitstaff warms up and provides a diligent service that only adds to the pleasant surprise of the dishes they bring.
The appetizers include a ham croquette, pig’s ear with brava sauce (note: it’s the real thing, the Madrid version, with some actual spice), and the aged beef slice with truffle vinaigrette. It was a delicious start that placed the diner inside the experience of discovering the capital’s gastronomy from the updated perspective of chefs who reinvent the classics.
They suggested the chard stalks “a la importancia,” which were delicious and finished with white prawn. We decided to try the artichoke confit with Iberico jus (it could have done without the anchovy and one of the extra outer layers), and the perfect hake cheeks in green sauce with creamy potato, which were excellent.
I’d recommend the smoked rice with Cabezuela cheese, beef tendons, and roasted beet, a dish that is surprisingly creamy and flavorful, a perfect, delicate combination of the vegetable’s smoke and sweetness. The tribute to Madrid and its culinary tradition continues with desserts such as the honey with dairy and walnuts crowned by a “flor manchega” (a fried treat typical of Holy Week) and the violet ice cream with white chocolate brownie and green apple. It’s Madrid on a plate.
One small nitpick…The bloody mary (such a perfect way to start a Sunday feast) is a bit disappointing, served in a cylindrical tube glass and with a complicated disproportionality between the vodka and the tomato juice. Not good.
Bravo, it must be said, to the assiduous service in the dining room and the wonderful sommelier who attended to all our needs and the evolution of the meal in pairing wines with every course.
Other details of the experience are the decorative wire at every table that, for sharp-eyed diners, is shaped into the initial of the person who made the reservation; the uniforms of the support staff, in the image and likeness of the former Post Office employees who used to work in this building; and the check: delivered on a tray, on a paper with typewritten text (how lovely to listen to the rhythmic tapping of real typewriter keys during the meal!), with a letter opener. It’s a beautiful closing detail that accompanies the feeling of having had a good culinary experience that can culminate on the terrace with a coffee and one of the best views in Madrid.