Carlos Abellan prepara un gran proyecto con hotel y experiencias VIP.

CARLOS ABELLÁN se instaló hace ya unos años en Formentera, el paradisíaco enclave de muchas ofertas gastronómicas de renombre (principalmente la de otro catalán, Nandu Jubany).

A los que no me conozcan demasiado les seré franca. Quiero mucho a Abellan. Carles fue el primero de los chefs que conocimos en los inicios de nuestra andadura Gastro, hace ya más de 20 años. Él hizo nuestro menú de boda. Con él viajamos para comer, conocimos vinos y disfrutamos de su amistad con otros grandes nombres de los fogones nacionales.

NATALIA es ya, también, amiga de corazón. De las que entra en tu vida y se queda para siempre….Ambos, como pareja, están iniciando un nuevo proyecto de vida, trabajo y futuro que dará mucho que hablar. Hemos sido testigos de sus primeras piedras, su germen, y estoy convencida de que será uno de los atractivos más potentes de la isla en un futuro próximo. Se lo merecen.

De momento, Abellan (que sigue al frente de sus Tapas 24 en España y Singapur) ha recalado en su renombrado CASA NATALIA algunos de sus platos más icónicos y la cocina que siempre ha sabido hacer, y tan bien.

Iniciamos la noche, por recomendación de Natalia, sonriente y amable en la terraza atendiendo a todas las mesas con diligencia y eficiencia, con un cóctel. Un “shot” de tequila, como dice ella, prepara el estómago para una buena cena…

Encontramos en la carta clásicos perennes como el bikini trufado, la (premiada) y deliciosa ensaladilla rusa, las cumplidas croquetas o la tarta de queso de postre (que nos enamoró en su añorada La Barra de Carles Abellán en BCN). Pero encontramos nuevas propuestas como el delicioso carpaccio de rubia gallega, el tartar de tomate, la berenjena ahumada con parmesano, sobrasada, miel y pipas de calabaza, el atún de almadraba en escabeche con tomate o la raya a la brasa con mantequilla negra, sin duda un plato que todo el mundo debería pedir obligadamente.

En Casa Natalia se come variado y muy bien. Abellán no falla. La oferta incluye sus famosos huevos de Formentera rotos, ostras, caviar, verduras, buenas piezas de carne y muchas propuestas en pequeño formato para compartir…y disfrutar.

El “juguete” de la casa se reserva para el final, una máquina de kakigori con la que se elabora un helado de café fantástico para finalizar el ágape.

La Banda Sonora del local es magnífica. El gusto musical de Carles es otro de sus puntos fuertes. Junto con el buen hacer en fogones y su personalidad. Es un placer sentarse en su plácida terraza y disfrutar de su compañía, sus platos,,,, y su amistad. Un imprescindible en Formentera.


Carlos Abellán is developing a large project with a hotel and VIP experiences.

It’s been years now since Carlos Abellán moved to Formentera, that heavenly island boasting many renowned culinary offerings (mainly from another Catalan, Nandu Jubany).

For those of you who don’t know me too well, I’ll be honest. I love Abellán. Carles was the first chef we met at the beginning of our foodie journey over 20 years ago. He created the menu for our wedding. Together with him we have traveled on gastro trips, discovered wines, and enjoyed his friendship with other great Spanish chefs.

Natalia Juan is also a dear friend, one of those who comes into your life and never leaves. The pair, as a couple, are embarking on a new life and work project that will give us plenty to talk about. We were there to witness the spark and the first building blocks, and I know that very soon it will be one of the island’s most powerful draws. They deserve it.

For now, Abellán (who is still running his Tapas 24 in Spain and Singapore) has brought some of his most iconic dishes and the food he’s always made so well to Casa Natalia.

At the recommendation of Natalia, smiling and friendly on the terrace as she attends to all the tables with diligence and efficiency, we started the evening with a cocktail. A shot of tequila, she says, prepares the stomach for a good dinner.

The menu includes perennial classics like the truffled grilled ham and cheese sandwich, the (award-winning) and delicious Russian salad, the impressive croquettes, and the cheesecake dessert (which we fell in love with at his deeply missed La Barra de Carles Abellán in Barcelona). But there are also new items, like the delicious Rubia Gallega carpaccio, the tomato tartare, the smoked eggplant with parmesan, sobrassada, honey, and pumpkin seeds, the marinated Almadraba tuna with tomato, and the grilled skate with black butter, a dish that should be mandatory for all to order.

At Casa Natalia there’s a wide variety of great food. Abellán doesn’t disappoint. The menu includes his famous Formentera fried eggs and potatoes, oysters, caviar, vegetables, good pieces of meat, and lots of small plates to share and enjoy.

The house “toy” is saved for the end: a kakigori machine used to make a fantastic coffee ice cream to round out the feast.

The restaurant has a wonderful soundtrack. Carles’ taste in music is another of his strong suits, along with his cooking skill and his personality. It’s a pleasure to sit on his peaceful terrace and enjoy his company, his food, and his friendship. It’s a must in Formentera.