Justo delante del Mercat de la Concepció en un Pasaje.

Este es uno de esos lugares que hay que apuntar como un must para cualquier día. Un sitio de esos dónde se come “como en casa”. Dónde puedes comer bien, con variedad, con sabores próximos y un trato magnífico. Con una tradición de más de 70 años (el lugar se abrió en 1950) y una reforma integral (tanto de espacio como de concepto y cocina) ahora es un lugar de referencia para vecinos, barceloneses y foráneos que pretenden comer bien a buen precio.

Estar ubicado justo en el Pasaje colindante con el Mercat de la Concepció es ya un eje vertebrador. Todos los productos proceden de las paradas del mercado con las que trabajan habitualmente. Cocina catalana, de proximidad, sostenible (han sido premiados por ello) y de temporada. Con la cercanía de los proveedores y del comensal que degusta los platos casi directamente desde el puesto del mercado dónde se han ofrecido esa misma mañana.

Jordi Castan y Sergi Suaña conocían el lugar, eran clientes y decidieron apostar por él cuando los antiguos dueños lo dejaron. Reformaron el espacio y dotaron a la cocina de un alma tradicional y casera con pinceladas de nuevas tendencias, siempre acordes con lo que son y lo que ofrecen.

Lo mejor es dejarse llevar por las recomendaciones de Jordi, un magnífico director de orquesta en sala. Nos propone varios platillos para compartir. Todos se pueden investigar y consultar en una tablet dónde, además de la foto, nos descubren la procedencia, el proveedor y otros datos de interés. Un acierto.

Descubro los canelones, los mejores que me he comido en los últimos meses, los de la yaya Pepi, hechos con 3 carnes distintas. La alcachofa del Prat confitada rellena de butifarra del Perol, el buñuelo “Popeye” de espinacas con miel (¡que deliciosa combinación!), la croqueta cremosa de jamón ibérico o los mejillones a la brasa con curry, leche de coco y tamarindo. Picantes y sabrosos.

Nos propone también la panalena mallorquina, una berenjena a la brasa con sobrasada, papada y miel. Un bocado muy recomendable.

Seguimos con el steak tartar y terminamos con un arroz Molino Roca (¡cómo no!) con carabinero y sepia. Sabrosísimo y en su punto.

Si no lo conocéis no dudéis en reunir a la familia y acudir. Por un ticket medio de 35-40€ comeréis de fábula. Tradición, arraigo, buen producto y trato magnífico hacen que Casa Amalia sea un lugar dónde pasar buenos ratos alrededor de una mesa….¡¡y ya me diréis lo de los canelones!! Espero vuestros comentarios…


Located in an alleyway just across from the Mercat de la Concepció market.

This is one of those places that should be noted as a must for any day. It’s one of those spots that feels “just like home,” where you can eat well with a good variety, local flavors, and excellent service. With over 70 years of tradition (it opened in 1950) and a full renovation of the space as well as the concept and the cuisine, it’s now a landmark for neighbors, Barcelona residents, and foreigners who want a good meal for a good price.

Its location in the alleyway next to the Mercat de la Concepció is its backbone. All the products come from the market stands there. The food is Catalan, local, sustainable (they’re won awards for it), and seasonal. With the suppliers right next door, diners get to enjoy dishes practically direct from the market where their ingredients were on sale that very morning.

Jordi Castan and Sergi Suaña knew the place and were customers when they decided to jump at the opportunity of the former owners leaving. They renovated the space and imbued the kitchen with a traditional homey soul with a few new trends, always in line with who they are and what they offer.

It’s best to go with whatever is recommended by Jordi, who is a wonderful conductor in the dining room. He suggested several small plates for sharing. There’s a tablet where you can look up each one and see a photo as well as the provenance, supplier, and other interesting information. It’s a great touch.

I discovered the cannelloni—the best I’ve had in recent months—made using Yaya Pepi’s recipe with three different types of meat. The El Prat confit artichoke filled with Perol “butifarra” sausage, the “Popeye” spinach fritter with honey (what a delicious combination!), the creamy Iberico ham croquette, the grilled mussels with curry, coconut milk, and tamarind. They were spicy and delicious.

He also suggested the Panalena Mallorquina, grilled eggplant with “sobrassada”, pork jowl, and honey, a bite I’d highly recommend. We continued with the steak tartare and finished with a Molino Roca rice (of course!) with shrimp and cuttlefish. It was scrumptious and perfectly cooked.

If you’ve never tried it, don’t hesitate to go with the family. With an average price of €35-40 per person you’ll have a fabulous meal. Tradition, rootedness, good products, and wonderful service make Casa Amalia a place to enjoy a lovely time around the table. Let me know what you think of the cannelloni in the comments. I can’t wait to read them!