Alessandro Maino asesora también gastronómicamente el restaurante Villa Angelita de Benicassim.

Con una fuerza poco habitual ahora mismo en la zona (que nosotros visitamos mucho y que, gastronómicamente hablando, tiene aún mucho que decir) se consolida @alessandromaino_restaurant, una propuesta nacida para establecerse como uno de los platos fuertes de la ciudad.

La historia tras los fogones es la de una pareja (otra historia de amor curtida en una cocina) que decidió abandonar su trabajo en el Ritz de París, dónde se conocieron trabajando para Joel Robuchon, tras la pandemia y establecerse en Castellón, arriesgando su vida personal y profesional en un momento tan especial y delicado. ¡Valentía por delante!

Así nació este restaurante, con una estética sobria y refinada, que ofrece dos plantas y una sala quizás un pelín fría para el comensal, pero con una propuesta realmente interesante. La mezcla entre la cocina francesa, la italiana y la mediterránea se expresa en platos como el foie gras que escogemos, muy acertadamente, como entrante, el carpaccio de pulpo gallego, patata y sobrasada o las gambas de cristal. Ese universo ítalo-mediterránea-francés tiene otras expresiones en carta que lo constatan, como una amplia oferta de pescado, carnes y mariscos.

Imposible la visita sin probar la pasta o la pizza, dos de las especialidades de la casa. Tagliatelles y risottos trabajados en salsas cremosas y contundentes, con una base muy concienzuda y puntos (en mi opinión) ricos pero mejorables, con una carbonara que debería lograr mayor contundencia y menor densidad. Sobre todo con esa base de pasta casera que él mismo elabora y que tanto se valora….Asimismo con la pizza, que cumple pero que necesita un punch adicional en los aderezos (más que en la masa) para lograr esa diferenciación tan buscada. La que presenta con burrata, jamón cocido y trufa, cumple pero echo de menos alguna variedad más para poder degustar….Aún así, reconozco el buen y acertado camino en esta senda, que seguro evoluciona gracias a reconocimientos de guías y comensales, que, como yo, aplauden lo de diferencial, nuevo y propio tiene la propuesta. Además, ofrece la opción de pedir con antelación platos especiales que prepara de forma diligente y casi personalizada. A gusto del comensal. Todo un detalle.

Pruebo el filete de rodaballo sobre parmentier. Delicioso. Perfecto y equilibrado.

Buenísimo el tiramisú y la tarta de zanahoria y variados y apetitosos los postres que presenta. Una parte dulce cumplida y más que correcta.

@alessandromaino_ tiene ganas. Se nota. Le acompaña su pareja@nadia_solsona_fernandez en una sala que debe aún tomar el ritmo de un lugar dónde se ofrecen también menús del día (22€-28€) y opción de menú degustación (85€). Castellón necesita lugares así. Y convencerse de que hay mucho por hacer. Y talento joven como el de este lugar, lo reivindica y constata.


Alessandro Maino is also a culinary consultant at the restaurant Villa Angelita in Benicassim.

With an effort not often seen nowadays in the region — an area we visit often that, gastronomically speaking, still has much to say — Alessandro Maino has made a name for itself in a restaurant launched to become one of the city’s standard-bearers.

The story behind it is one of a couple — love cooked up in a kitchen yet again — who, after the pandemic, decided to leave their jobs at the Paris Ritz, where they had met working for Joel Robuchon, and set up shop in Castellón, putting their personal and professional lives on the line at such a unique and delicate moment. Courage for the win!

That’s how this restaurant was born: a simple and restrained aesthetic, two floors, a dining room that’s perhaps a bit cold for diners, and a really interesting menu. The mix between French, Italian, and Mediterranean cuisine is expressed in dishes like the foie gras we ordered (a great choice for a starter), the Galician octopus carpaccio with potatoes and sobrassada, and the “crystal” fried shrimp. This Italian-Mediterranean-French universe is proven out by other menu items as well, such as the wide selection of fish, meat, and seafood.

You can’t leave without trying the pasta or the pizza, two of the house specialties. Tagliatelle and risottos are prepared in creamy and hearty sauces, with a very painstaking dough that’s cooked (in my opinion) well but not perfectly. The carbonara should be even more robust and less dense, especially when paired with that wonderful homemade pasta dough. The same is true of the pizza, which is fine but needs an additional punch in the toppings department (more so than in the dough) to really stand out. The pizza with burrata, cooked ham, and truffle is good, but I wish there were other varieties to try. Still, I recognize the good work and promise, which will surely evolve thanks to recommendations from guides and diners who, like me, applaud its originality, innovation, and uniqueness. Plus, there’s an option to order special dishes ahead of time that they diligently prepare almost personalized to the diner’s taste. It’s a wonderful detail. Try the turbot filet over Parmentier. It’s delicious, perfect, and balanced.

The tiramisu is great and the carrot cake and other desserts are well-varied and appealing. The sweet course was right on and more than correct.

Allesandro Maino (@alessandromaino_) is hungry. You can tell. He is accompanied by his partner Nadia Solsona (@nadia_solsona_fernandez) in a dining room that still needs to get into the swing of a place that also offers daily fixed-price lunch menus (€22-€28) and a tasting menu (€85). Castellón needs places like this and to be convinced of its own potential. And young talent like this is here to prove it.