Todo es humo. Como reza el eslogan la base del menú es el ahumado. 2 Estrellas Michelín de golpe.

Sin duda, si hay 2 aperturas de estos últimos meses en Madrid que han dado la campanada, han sido, sin duda,@desde_1911 y @smokedroom.dg. De este último saltó la alarma en cuanto se supo que el magnífico chef @danigarcia7 retomaba en un pequeño local su apuesta más íntima y original. Y no defraudó. Como en todo lo bueno que pasa gastronómicamente en Madrid corrió la voz y la calidad del lugar hizo el resto. Y las 2 Estrellas Michelín que la guía le otorgó de golpe tan sólo 6 meses después de su apertura…

No hay otro modo. El día que abren reservas hay que estar delante del ordenador. Y, sin dilación, ir a por el objetivo. Con tan sólo 14 comensales algunas recomendaciones previas (@ssantiagosegura no me lo quité de la cabeza desde que me lo dijiste….) nos aconsejaban vivir la experiencia en la barra. Para conseguirla, en cuanto dieron luz verde a la reserva, fui directa a un miercoles o un jueves…en pocos minutos ni una sóla plaza en esa pequeña barra de 6 comensales para los siguientes 30 días….Tenía mi reserva para 4 hecha. Os recomiendo este método…no sirven otros: paciencia e ir a por el objetivo (si puede ser entre semana).

La experiencia se inicia con el acceso al privado (casi clandestino) del hotel Hyatt Regency Hesperia. La barra es la protagonista absoluta del lugar. Unos grandes espejos en el techo, inclinados en la orientación perfecta, hacen que el ágape se pueda seguir en 360 grados.

El menú Omakase (elección del chef) promete humo. Y brasa. Y producto ligeramente aderezado compartiendo sabor y protagonismo con el fuego y el ahumado. Todo en manos del chef @massidv en quien García ha confiado para llevar con diligencia y efectividad la cocina.

Todo es de una calidad y delicadez extrema en Smoked Room. El pan brioche con mantequilla de levadura tostada abre el gran momento.
Las quisquillas de Motril con mantequilla noisette, los percebes a la brasa a la bourguignonne, el ramen frío de setas o el puchero de algas y caviar protagonizan una entrada a la que sigue una secuencia de tomate dónde, como no podía faltar, vuelve el famosísimo (¡y adorado por mí!) tomate nitro de Dani…en este caso de anguila ahumada con caramelo de pimiento asado y ajoblanco malagueño….Pararía el mundo y el tiempo en este plato, en su sabor y textura…es simplemente maravilloso. El pase se completa con el néctar de tomate asado y el dashi de tomate cítrico.

Tras esta explosión de frescor el menú se orienta hacia los pescados, con el bogavante en salsa de pimienta verde y la lubina con guisante lágrima y el espléndido cierre con el corte de Wagyu A5 (la más excelente de las calidades) aderezado con soja de 34 años (ahumada por estar conservada en una barrica).

Los postres completan y redondean la propuesta. La calabaza a la brasa con mandarina precede a la famosísima tarta di rose de García que pido como perenne en cualquiera de sus restaurantes…

Es, sin rodeos, un gran restaurante. Una propuesta al calor de una brasa que no asusta, que no invade, que acompaña, envuelve y adereza…Una forma de entender el fuego que le da sentido al acabado final del plato, que lo realza. Que lo entiende y lo presenta. Un imprescindible ya en Madrid.


It’s all smoke. As the slogan says, the menu is based on smoking. 2 Michelin Stars right out of the gate.

Certainly, if two openings have made a splash in the last few months in Madrid, they were Desde 1911 (@desde_1911) and Smoked Room (@smokedroom.dg). The alarm was raised about the latter when news broke that the magnificent chef Dani Garcia (@danigarcia7) was bringing back to life his most intimate and original concept in a small restaurant space. And he did not disappoint. Like everything good that happens on the Madrid culinary scene, first the word spread, and then the quality of the place did the rest…not to mention the two Michelin Stars it earned in one go just six months after opening.

There’s no other way to go about it: the day they start taking reservations you have to be ready at your computer, and go for your goal without hesitation. With seating for just 14 diners, some people (Santiago Segura (@ssantiagosegura) hasn’t been far from my mind since he told me…) had suggested we enjoy the experience from the bar. To make that happen, as soon as reservations were open I went right for a Wednesday or a Thursday, and within just a few minutes not a single spot at that small bar for six diners was available for the next 30 days. I had my reservation for four. I recommend this method, as nothing else works: patience and determination (and going midweek if possible).

The experience begins by entering the private (almost clandestine) space of the Hyatt Regency Hesperia hotel. The bar is what steals the show. Large mirrors on the ceiling, tilted at the perfect angle, let you follow the feast in 360 degrees.

The Omakase menu (chef’s selection) promises smoke. And embers. And products that are lightly dressed, sharing flavor and importance with the fire and smoke. Everything is in the hands of Chef Massimiliano Delle Vedove (@massidv), who García has trusted to diligently and effectively run the kitchen.

It’s all about extreme quality and delicacy at Smoked Room. The brioche with toasted yeast butter opens the big moment. The Motril shrimp with noisette butter, the grilled barnacle Bourguignon, the cold mushroom ramen, and the seaweed and caviar stew are the early stars, followed by a sequence of tomato where Dani’s world-famous (and adored by me!) nitro tomato is back, as if it never left, this time made from smoked eel with roasted pepper caramel and Malaga ajoblanco. I would stop the world and time itself for this dish, for its flavor and texture. It’s simply marvelous. The course is finished with roasted tomato nectar and citrus tomato dashi.

Following that explosion of freshness, the menu turns toward fish, with the lobster in green pepper sauce and the sea bass with teardrop peas, and comes to its splendid conclusion with the cut of A5 Wagyu (the highest of qualities) dressed with 34-year soy sauce (smoked to be conserved in a barrel).

The desserts complete and round out the meal. The grilled pumpkin with mandarin precedes Garcia’s renowned rose tart that I wish were on the menu at all of his restaurants.

It is, to put it bluntly, a great restaurant. The heat of the grill does not scare or invade but rather accompanies, envelops, and embellishes. It’s a way of understanding fire that gives meaning to the final dish: enhancing it, understanding it, presenting it. It’s already an absolute must in Madrid.