El mejor trinxat que me he comido en los últimos años, sin duda. Ese plato (combinado de col y patata) que sirven con unos fantásticos torreznos y morcilla, es uno de los 4 primeros que se pueden escoger. No hay carta. Los propietarios cantan los platos en la mesa: sopa, trinxat, ensalada y garbanzos de primero y carnes a la brasa de segundo. Postres tradicionales como la crema catalana, el “valenciano” (helado de vainilla con zumo de naranja) o helados completan un menú que pese a escaso en oferta no deja de sorprender.
Pocos platos pero bien hechos. Famoso por su trinxatr
Con reserva previa imprescindible el local se llena y dobla cada día. No hay carta, ni tampoco notas ni apuntes. Milagrosamente los dueños recuerdan todas y cada una de las raciones servidas en cada mesa así como las bebidas, sin margen de error. Único.
La comida está muy buena. El ambiente (la hípica o “Els cavalls” como también se le conoce) propicia el buen ágape. Las raciones son amplias, cumplidas y, sobretodo, está muy bueno. La brasa se acompaña de unas bandejas de patatas fritas dignas de mención. Circulares, crujientes y deliciosamente jugosas. Ambiente familiar y animado en un enclave imprescindible para los amantes de la montaña y del esquí, punto obligado de visita.
Para comer muy bien, quedar muy lleno y pagar, como mucho 25€ por persona. Sí, con bebida incluida. Un gran descubrimiento que disfrutamos entre amigos y en ambiente navideño.
Hípica de Prats, Prats i Samsó, Lleida
It was the best trinxatI’ve eaten in recent years, without a doubt. That dish made from cabbage and potatoes, served with fantastic rashers and black sausage, is one of the four starters to choose from. There is no menu; instead the owners tell you what’s cooking as they take your order: soup, trinxat, salad and chickpeas for the first course; and grilled meats for the main. Traditional desserts like crème brûlée, the “valenciano” (vanilla ice cream with orange juice) and ice creams round out the brief menu that still manages to have surprises in store.
Small menu but everything done well. Famous for their trinxat
The restaurant fills up for two seatings every day, so booking is essential. There is no menu, no writing down of anything. Miraculously the owners remember each and every dish that is ordered at every table, as well as the drinks, with no margin for error. It’s like nothing else.
The food is very good. The atmosphere (equestrian or “Els cavalls” as it is also known) sets a good stage for the feast ahead. The portions are generous, ample, and above all, mouth-watering. The grilled meats are served with wonderful chips that deserve mention: circular, crunchy and deliciously juicy. It’s a lively family vibe in an essential spot for those who love mountains and skiing, a must-visit.
You can eat well and leave full for €25 per person, at most. And that’s with a drink included. What a great discovery that we were happy to enjoy with friends over Christmas.