El jefe de sala de @ticketsbar pone todo su saber y experiencia en este nuevo restaurante, hasta los topes a pocos meses de su estreno.
Con un bonito local, homenaje y recuerdo a las bodegas de toda la vida, y una más que atractiva terraza, el nuevo proyecto de Xavi Alba tiene ya más que merecida fama y reconocimiento en la Ciudad Condal.
Bodega Pasaje cumple todo lo necesario para convertirse en un must los domingos o cualquier día de la semana. Comer a base de raciones tiene un peligro: puede convertirse en el mismo ejercicio en diferentes emplazamientos. Mismos platos, diferentes envoltorios…. Aquí puedes picar y, además, divertirte, porque los platos huyen de las cartas más tradicionales de este tipo de casas de comidas.
Los clásicos (que nunca mueran) están buenísimos….Sirvan la croqueta de jamón y la ensaladilla rusa (¡¡servida tibia, como debe ser!!) como ejemplos. Fuera de lo más típico disfrutamos de los chicharrones de Cádiz con crujiente, las empanadillas de rabo de toro, la alcahofa del Prat, un sutil y delicioso paté casero a la naranja. Tras los entrantes llegan dos de los platos estrella del local a mi entender: los calamares rellenos de carrillera y papada en salsa de jerez seco, una cazuela dónde entretenerse con el pan para no dejar ni gota que está para chuparse los dedos, y el estofado de aleta de raya al “all cremat” (ajo quemado), tan sutil y delicado como la cocción que requiere, que deja el pescado en una textura y finura destacable. Nos quedamos con ganas de probar más opciones de cuchara, de platillos, de guisos que se antojan perfectos para los famosos “esmorzars de forquilla” en Catalunya (desayunos de tenedor) o una comida variada y completa. Las carnes, perfectamente tocadas a la parrilla con patatas panaderas se convierten en el colofón perfecto para una comida a base de raciones que llena, satisface y gusta.
Los precios ajustados permiten un abanico de opciones variado y diferente. El arroz con leche de postre confirma que la calidad y la cocina en esta Bodega están a la par del fantástico servicio ofrecido en mesa, con Xavi Alba a la cabeza, un torbellino curtido en los restaurantes del grupo Adrià que ofrece un trato cercano, profesional y de primera calidad al comensal.
Atención a la terraza dónde el emplazamiento, el sol y la tranquilidad permiten alargar el vermut hasta bien entrada la tarde…Las reservas se agolpan ya en este “oasis” gastronómico dónde se demuestra que comer bien y a buen precio todavía es posible. ¡Bravo Xavi y enhorabuena por la valentía de poner en marcha un proyecto así en plenos momentos convulsos de pandemia!
The head waiter of Tickets (@ticketsbar) brings all his knowledge and experience to this new restaurant, jam-packed just a few months after opening.
With a pretty space, a nostalgic tribute to traditional wine bars, and a tremendously attractive terrace, the new project from Xavi Alba is now enjoying its very well-deserved fame and recognition in Barcelona.
Bodega Pasaje 1986 has everything it needs to become a must on Sundays or any other day of the week. Dining on large shared portions can be dangerous: it can become somewhat of a déjà vu routine. The same dishes in different packages. Here you can get a bite to eat and have some fun while you’re at it, because the food steers clear of the more traditional menus seen in this type of restaurant.
The classics (may they never die!) are excellent. Two good examples are the ham croquette and the Russian salad (served warm, as it should be!!). Beyond the more typical fare we tried the Cádiz crackling with a crisp, the oxtail empanadas, the El Prat artichoke pies, and a subtle and delicious homemade orange pâté. Following the appetizers come two of the restaurant’s star dishes, in my opinion: the squid stuffed with beef cheeks in dry Sherry sauce, a finger-licking good casserole you’ll want to mop clean with your bread so as not to leave a single drop; and the skate fin soup with all cremat (charred garlic), as subtle and delicate as it is cooked perfectly, resulting in an outstanding texture and nuance. We were left wanting to try more of the soups, the small plates, and the stews that would be perfect for the famous “esmorzars de forquilla” (breakfasts with a fork) in Catalonia, or a well-rounded and sundry lunch. The meats, perfectly grilled and served with rustic potato rounds, are the perfect climax to a meal of filling, satisfying and delicious portions.
The reasonable prices give you a wide array of varied and different options. The rice pudding for dessert confirms that the quality and the cuisine at this wine bar are of a level with the fantastic table service, led by Xavi Alba, a bundle of energy trained in the restaurants of the Adrià group, who offers friendly, professional and exceptional service to diners.
Don’t miss the terrace, where the location, the sun and the tranquility will have you extending your pre-lunch vermouth into the late afternoon. It’s getting hard to book a table at this culinary “oasis” that proves that eating well at a good price is still possible. Bravo Xavi and congratulations on the courage to launch a project like this in the middle of a pandemic!