Assaje (Hotel Aldrovandi Villa Borghese), Roma, Italia. El restaurante principal del Hotel Aldrovandi, en plenos jardines de Villa Borghese, ofrece todo lo que se busca en un local y alojamiento de estas características: calidad superior, excelencia en el producto, buenos toques creativos y resultado óptimo. Pero, lo malo, es que resulta inevitablemente clásico y, en consecuencia, tremendamente aburrido.

1 Estrella Michelín. En el interior de un hotel

Nuestra cena, única mesa junto con otra en el restaurante, se basó en las dilatadas esperas entre plato y plato, la lentitud y tediosa sintonía entre servicio y pases y la falta de empatía con todo lo que se ofrecía. El local sin ningún aliciente de calidez ofrecía escaso confort. La comida, buena. Sin más. Correcto el rissotto al toque cítrico, soso y sin gracia el pulpo y grueso el corte de la carne en el steak.

El restaurante cuenta con una Estrella Michelin, que probablemente conserve por la estética clásica, los manteles de lino en sus mesas y la maravillosa ubicación del hotel, pero es prescindible en lo gastronómico y olvidable en lo viajero.


Assaje (Hotel Aldrovandi Villa Borghese), Rome, Italia. The main restaurant in the Hotel Aldrovandi, located in the Villa Borghese gardens, offers everything you might desire of a restaurant and accommodation of these characteristics: superior quality, excellent products, good creative touches and optimum results. But the bad part is that all of these things can feel inevitably classic, and therefore, incredibly boring.

1 Michelin star. Located inside a hotel

Our dinner, during which we were the only table in the restaurant save one other, was based around extensive waits between dishes, slowness and a tedious monotony between courses, as well as a lack of empathy in every offering. The place is entirely lacking in warmth, and therefore comfort. The food was good, but that’s it. The risotto with a touch of citrus was correct, if not bland and with unpleasant pulp, and the cut of the steak was too thick.

The restaurant has a Michelin Star, which it likely keeps due to its classical aesthetics, table linens and the hotel’s marvelous location, but the gastronomy is both dispensable and forgettable.