Yashima, Barcelona.

Es uno de los grandes clásicos de la cocina japonesa en la Ciudad Condal. Con casi 30 años a sus espaldas, pertenece al Grupo Yamashita, que tiene también el Yamadori y el Yu entre sus restaurantes.

Clásico japonés en BCN con opción de teppanyaki

Yashima es sinónimo de buen producto, de calidad y de tradición. Pero tuve una extraña sensación en mi última visita… La comida sigue estando buena y el servicio es correcto en mesa y parco en recepción. Pero creo que ha perdido toda la frescura, originalidad y sorpresa que hoy en día, para mí, debe ser uno de los puntales de un buen local gastronómico. El local, completamente interior, pese a haber sido reformado, transpira un melancólico aire retro, quizás demasiado anclado en años de éxito y despunte, que hoy han sido sustituidos por unas cuantas mesas más acompañándonos un sábado a mediodía.

La idea del Teppanyaki propicia una experiencia más vital y amena pero el restaurante destila una sensación de cierto desinterés que no ayuda en el recuerdo. La cocina japonesa es una de las que más desarrollo y expansión ha tenido en los últimos años en ciudades como Barcelona y eso obliga, sin duda, a actualizaciones constantes en la carta, presentación, servicio y producto que no se encuentran en Yashima.

El precio se mantiene elevado, en una anticuada lectura también de que comer japonés es dejarse mucho dinero. Hoy en día la oferta ha hecho popularizar estos manjares y hacerlos asequibles a casi todos los bolsillos.

Para conocer los orígenes de la cocina japonesa en nuestra ciudad sin más riesgo ni emoción alguna añadida.


Yashima, Barcelona.

This is one of the great classics of Japanese food in Barcelona. With nearly 30-years behind it, it belongs to Grupo Yamashita, which also owns Yamadori and Yu, among other restaurants.

Classic Japanese restaurant in Barcelona with teppanyaki

Yashima is synonymous with good product, quality and tradition. But I had a strange sensation on my last visit… The food is still good and the service still correct at the table, – if not rather sparing at the entrance – but I think that it has lost all of the freshness, originality and surprise that, in my opinion, should be one of the indicators of good gastronomy in a restaurant today. The space, which is totally interior, has a melancholy, retro air, despite having been remodeled. Maybe it’s too anchored in successes of past years, which today have been traded in for the few other tables that are accompanying us on this Saturday lunch.

The idea of Teppanyaki favors a more enjoyable and lively experience, but the restaurant emits a sensation of a certain disinterest that doesn’t help things. Japanese cuisine has been developed and expanded more than virtually any other cuisine in cities like Barcelona in recent years, and that fact definitely implies constant updating in terms of menu, presentation, service and product – something that you do not find at Yashima.

The prices are still high, following the antiquated presumption that eating Japanese food implies paying through the nose. Today, its availability has made these delicacies that much more affordable for a range of budgets.

To see the origins of Japanese food in our city without any added risks or excitement.