PUERTA DEL SOL, Oropesa (Castellón de la Plana)

A la vera del mar

Ubicado en pleno paseo marítimo de la localidad castellonense de Oropesa, Puerta del Sol es, sin duda, la mejor opción gastronómica existente en esa población.

Al frente de la sala el imprescindible Rubén que ayuda en la selección y elección de los productos, frescos y de primera calidad del restaurante.

Mejillones de primera (clóchina en esa zona de Valencia), tellinas y un magnífico tomate de la zona en ensalada que tanto me gusta en verano abren un ágape dónde los arroces son, sin duda, los protagonistas. Nos decantamos por el de rape y gamba, delicioso y nos atrevemos con un steak tartar, perfecto en su punto de picante solicitado, con buen trazo de carne cortada y jugosa amalgama de ingredientes y con patatas paja servidas al instante de pedirlas (ya conocéis mi imprescindible necesidad de la ración de patatas para acompañar al steak siempre…)

El fondant de chocolate con brownie y helado o la asombrosa presentación de las texturas de café en el Jardín completan una comida sabrosa, llena de tradición y buen hacer y, por encima de todo, con la seguridad de que no falla.


PUERTA DEL SOL, Oropesa (Castellón de la Plana)

Located right on the Oropesa seafront promenade in Castellon province, Puerta del Sol is, without a doubt, the best culinary option in town. The indispensable.

Right by the sea

Rubén runs the dining room, helping diners select and choose from the restaurant’s top-quality fresh products.

Excellent mussels (called clóchinas in this area of Valencia), wedge clams and a wonderful local tomato salad that I can’t get enough of in summer kick off a feast where rice dishes are the undisputed star. We chose the delicious monkfish and prawn, and also went for a steak tartare, with just the right amount of spice, a large portion of cut meat, and a juicy blend of ingredients, with potatoes served a la minute (you’re familiar with my essential need for potatoes with steak …).

The chocolate fondant with brownie and ice cream and the staggering presentation of coffee textures in the garden rounded off a lunch that was delicious, brimming with tradition and expertise, and, above all, sure to be exceptional.