Menú degustación a precio asequible y siempre con arroz final.
Esta nueva hornada de jóvenes chefs tiene mucho que decir. Muchas ganas, buenas ideas y una forma de ver y entender el mundo gastro que conecta mucho con las nuevas demandas. Hace poco escuché a Ferràn Adrià, maestro de todos, destacar lo que, en su opinión, era uno de los principales factores claves para su éxito: la honradez y la generosidad. Cuanta certeza en sus palabras. Y ser generoso hace que la experiencai deje de ser sólo sensorial, y se transforma en vital, única.
Contaré la historia con este restaurante. Abierto justo antes de pandemia, su nombre corrió de boca en boca rápidamente en Barcelona. ¿Has ido ya a Cruix?¿Has probado Cruix?. En no menos de 5 ocasiones lo intentamos (nosotros hacemos y premeditamos las reservas con antelación y siempre bajo previa reserva por el canal oficial online de cada lugar) y no tuvimos éxito. Siempre a tope. Esta vez nos decidimos, aprovechando un viaje express a la ciudad condal. ¡Qué buena decisión!
@cruixbcn tiene el aroma y la magnífica sensación de ser un lugar dónde todo funciona. Y funciona muy bien. En una larga barra se puede ver de primera mano el trabajo en cocina y en las mesas, distribuidas a lo largo de ese pasillo revientan cada día los 2 turnos del restaurante.
A los mandos, @miquel.pardo un joven pero ya muy experimentado chef de Castellón que no quita ojo del servicio, de los pases y de las reacciones de los comensales. Ha pasado por grandes templos (Ricard Camarena, Abac) y puso a disposición del público un menú degustación por menos de 40€ cuando abrió. Eso le permitió ver cómo muchos comensales que nunca habían hecho un menú de esas características, conocían, a través de su trabajo, lo que era degustar pequeños bocados de una secuencia representativa de un chef.
Ahora lo siguen haciendo. Por poco más de 60€ el menú es recomendadísimo para los que nunca lo han hecho…y para los que quieren deleitarse de cerca con un caso de éxito….con trabajo, claro.
Nos recibe @rogertoms…ya sólo la acogida, el trato, el “Buenos días chicos, gracias por venir, ¿cómo estáis hoy?” de Victoria, una de las fantásticas trabajadoras de sala, hace que te acomodes sabiendo que ese será un gran día. Y lo es.
Servicio ágil, diligente, rápido y certero. No fallan. Los primeros bocados se sirven sin cubiertos: el steak a la cubana (buena combinación y resultado), la navaja con escabeche de azafrán, el cheeseball de lc Cerdanya con ajís, el bun de ibérico, el cóctel de gamba y el magnífico churro de bacalao con espuma de all-i-oli. Perenne en carta, no lo pueden retirar, nos explica Roger. Tras la pausa para el pan (muy acertado el pase del pan, que se come como un bocado más) siguen los platillos como el empedrat de cocochas, las setas con anguila ahumada en una carbonara para chuparse los dedos, el magnífico pollo tandoori y el arroz. Sí. un arroz de 1mm de espesor remata todos los menús. SAbroso, al punto, con picaña curada en el centro y un tostado perfecto que hace que rebañes cada uno de los granos hasta terminar. Finalizan un helado de sopa Tom Kha Kai con un punto picante para limpiar el paladar y la emulsión de almendras con higos. Bravo.
Una vez más, acierto. @danielarbos gracias por tu insistencia y cariño. Equipo, enhorabuena. Salir con esta sensación de un magnífico lugar sólo alberga la sensación de querer volver muy pronto. Y lo haremos.
Affordable tasting menu that always ends with a rice.
This new crop of young chefs has loads to say — loads of enthusiasm, good ideas, and a way of seeing and understanding the gastro world that connects strongly with new demands. Recently I heard Ferràn Adrià, the consummate master, say that, in his opinion, it was one of the key factors to his success: honesty and generosity. He’s so right. And being generous takes the experience from one that is sensory only and transforms it into something vital and singular.
I’ll tell you the story about this restaurant. It opened just before the pandemic, and its name quickly became the talk of the town in Barcelona. “Have you been to Cruix yet?” “Have you tried Cruix?” On no fewer than five occasions we tried (we make and plan our reservations ahead of time and always through the official online channel of each establishment) and failed. It was always full. This time we made sure to go, taking advantage of an express trip to the Catalan capital. What a great decision!
Cruix (@cruixbcn) has the aroma and wonderful sensation of being a place where everything works and works very well. From the long bar, you get a first-hand view of the work going on in the kitchen and at the tables distributed along that corridor that explodes each day with the restaurant’s two seatings.
At the helm is Miquel Pardo (@miquel.pardo), a young but very experienced chef from Castellon who keeps his eye trained on the service, the courses, and the diners’ reactions. He has worked at some of the best restaurants (Ricard Camarena, Abac) and made his own tasting menu available to the public for under €40 when they opened. It let him watch as many diners who had never done a menu of that kind discovered, through his work, what it was to enjoy small bites from a sequence of courses representing a chef. And they kept coming back. For just over €60, the tasting menu is highly recommended for anyone who has never tried one… and for those who want a front-row seat to a story of success and hard work.
We were greeted by Roger Tomàs (@rogertoms), and just the welcome, the treatment, the “Good morning guys, thanks for coming. How are you today?” from Victoria, one of the fantastic servers, puts you at ease and you know it will be a great day. And it was.
The service is agile, diligent, fast, and unerring. They don’t miss a beat. The first bites are served without cutlery: the Cuban-style steak tartare (good combination and result), the razor clam with saffron escabeche, the Sardinia cheeseball with chilis, the Iberico ham bun, the shrimp cocktail, and the wonderful cod churro with aioli foam. The latter is an evergreen on this menu, Roger explains, and they can never remove it. Following the break for bread (the bread course is a great idea, which you eat as if it were another fancy bite), come small plates like the cod cheeks bean salad, the mushrooms with smoked eel in a scrumptious carbonara, the wonderful tandoori chicken, and the rice. Yes, a one-millimeter-thick rice is the final course for all the tasting menus. It’s delicious, cooked right, with cured beef in the middle and a perfect toast for mopping up every last grain on the plate. They finish with a slightly spicy Tom Kha Kai ice cream to cleanse the palate and an emulsion of almonds with figs. Bravo.
Once again, a wise choice. Daniel Arbós (@danielarbos), thank you for your insistence and care. Congratulations to the whole team. Walking out with that sensation of a wonderful place just makes you feel like returning very soon. And that’s what we’ll do.