Recomendado por la Guía Michelin. En un local más parecido a una taberna que a un restaurante. Gran y cuidada selección de vinos
¡Qué bien se come cuando se come bien! No existe el dicho como tal, pero a mí me vale para contaros la fantástica experiencia vivida en el Restaurante Stern Gasthaus. Recomendado en la Guía Michelin y con un premiado reconocimiento a su extensa y cuidadísima selección vinícola, este restaurante se ha convertido, sin duda, en uno de mis favoritos en las pasadas vacaciones que vivimos en esta ciudad europea. Lo anoto como el lugar donde ir a comer bien en Viena para cualquier recomendación que me pidan a partir de ahora. Tres razones básicas: relación calidad-precio, comida tradicional y típica sin caer en el lugar turístico y agradabilísimo trato y lugar. En parte gracias a Lena, una amable camarera que convirtió nuestra experiencia en un fantástico ágape recomendándonos y traduciendo la carta (no existe en inglés, tendréis que utilizar el traductor directo alemán-español) de la forma más inteligible y amable para nosotros.
Arrancamos con el pan con base de patata, tan típico en estos países centroeuropeos. Acompañado de la emulsión ligera de mantequilla que siempre le acompaña. Probamos como entrantes la salchicha con puré de patata y espinaca, contundente pero sabrosa, y el caldo con pelota de carne, un potente plato lleno de sabor y matices, y con una pelota a base de hígado de ternera que estaba realmente buena.
Los segundos, impresionantes. El guiso de conejo al vino tinto, con verduras y patata en bloque, un platazo estupendo, y el famosísimo schnitzel vienés, el filete empanado de ternera, en este caso relleno de queso y acompañado de unas abundantes y crujientes patatas fritas. Un clásico que os recomiendo no perderos por lo excelente de su masa y lo perfecto de su rebozado.
Una pequeña degustación de quesos —excelentes, por cierto— da paso a los dos postres finales: la crema de chantilly con café y el milhojas con nata, un postre típico de la zona, también ligero y realmente bueno.
Además, como os comentaba al principio, la carta de vinos es excelente, con selecciones muy cuidadas de todo el mundo y representaciones de las zonas vitivinícolas más representativas. Nosotros optamos por un vino de la zona con un tipo de uva autóctona que nos sorprendió y agradó, y acompañó de forma muy correcta nuestra comida.
Recommended by the Michelin Guide. In a place more like a tavern than a restaurant. Great and careful selection of wines
How good it is to eat when you eat well! There is no such saying, but I can tell you about the fantastic experience I had at the Stern Gasthaus Restaurant. Recommended in the Michelin Guide and with an award-winning recognition to its extensive and very careful wine selection, this restaurant has become, without a doubt, one of my favorites in the past vacations that we lived in this European city. I am writing it down as the place to go to eat well in Vienna for any recommendation I may be asked to make from now on. Three basic reasons: value for money, traditional and typical food without falling into the touristy place and very pleasant treatment and place. Partly thanks to Lena, a kind waitress who turned our experience into a fantastic meal recommending us and translating the menu (it does not exist in English, you will have to use the direct German-Spanish translator) in the most intelligible and friendly way for us.
We start with the potato-based bread, so typical in these Central European countries. Accompanied by the light butter emulsion that always accompanies it. We tried as starters the sausage with mashed potato and spinach, hearty but tasty, and the broth with meat ball, a powerful dish full of flavor and nuances, and with a ball of beef liver that was really good.
The main courses were impressive. The rabbit stew in red wine, with vegetables and potato block, a great dish, and the famous Viennese schnitzel, the breaded veal fillet, in this case stuffed with cheese and accompanied by abundant and crunchy fries. A classic that I recommend you not to miss because of the excellent dough and the perfect breading.
A small tasting of cheeses -excellent, by the way- gives way to the two final desserts: Chantilly cream with coffee and millefeuille with cream, a typical dessert of the area, also light and really good.
In addition, as I mentioned at the beginning, the wine list is excellent, with very careful selections from all over the world and representations of the most representative wine regions. We opted for a local wine with an autochthonous type of grape that surprised and pleased us, and accompanied our meal in a very correct way.
